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mi�rcoles 25.nov 2009
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Las notas en videojuegos

Escrito por Adrián Suárez,

"Muchas cosas cosas han cambiado, pero algo sigue inalterable: somos duros pero justos.  No vamos a dejar de lado nuestra forma de hacer reviews por un sólo juego. Y lo mismo ocurre con Assassin's Creed 2. El fabricante quería que le garantizaramos que le daríamos un Excelente o no tendríamos material de prueba en el próximo número. Estaremos muy orgullosos de darle esa nota, pero sólo si se lo merece." fuente: wildgames.es

Es un tema que puede originar un amplio debate, me refiero no a la acción de Ubisoft, sino a a las propias calificaciones que se otorgan a los videojuegos, la importancia que se les da y la manera propia de calificar de cada revista, tanto online como offline. Puntuar un título siempre provoca desavenencias, desde las grandiosas notas de Meristation, Hobby Consolas o Vandal a las más ajustadas de The Edge o Nuevebits, las valoraciones sin número de Game Over o la ausencia total de las mismas de Akihabara Blues o Complejo Lambda. Da igual la postura que tomes, siempre habrá alguien en desacuerdo ¿por qué?

Las notas deberían siempre ser entendidas como una certera forma de resumir un artículo más o menos extenso basándose en los criterios editoriales de la propia publicación, cada editor jefe cuenta con un determinado criterio que aplicar a todos los títulos sometidos a análisis, el problema aparece cuando ese criterio es tan distinto entre uno yu otro medio que, usando a priori el mismo sistema, digamos numérico, un 6 significa cosas muy distintas. La causa es que se han perdido los grises, sólo nos encontraremos con notas muy elevadas en la mayoría de los casos que plantean que un 7 es aplicable a una desgracia de juego, y su baremo sólo entiende de 9, 9.5 o 8.5 (o 90... se entiende), con lo que nos encontramos con muchos juegos de calidades abismalmente dispares con una misma nota y un terror por parte de las compañías a bajarse de esos falsos podios de gloria; porque un 7 es un notable y debería señalar un juego grandioso. 

En este sentido, y siguiendo con wildgames.es, leí su análisis del nuevo Dragon Ball de Wii. Le pusieron un 2. Al poco escuché su podcast y, casi sin querer, expusieron de una manera muy sabia el por qué de ese "dos"; el caso es que si le plantas un 6 o un 7, siguiendo la tónica de calificación que parece que debe usarse, estás poniendo a muy mal nivel el juego al que le has puesto un 8, digamos un "Mad World". Es necesario distanciar los juegos tan necesarios como Mad World de los mediocres intentos de atentar contra nuestros recuerdos de infancia como hace Dragon Ball: Revenge of King Piccolo; es decir, los grises son importantes y una diferencia de medio punto o un punto entero debería quedar sólo al juicio del propio redactor, algo sólo posible si ponemos distancia real entre las notas, una distancia que debe quedar bien explicada en el desarrollo del análisis que ha de incidir en algo que vaya más allá de lo obvio porque un Mario 64 no lo recordamos por sus gráficos, por su sonido o su longevidad sino por la magia que atesora, y definir esa magia es la labor auténtica de un redactor con la consiguiente entrega de una nota. Un videojuego debe ser entendido como un precioso y complejo cuadro ¿acaso en el colegio os hablaban de las cualidades de su marco, de la sala en la que se exponía o del grueso del lienzo? ¿u os desarrollaban sus aportaciones al arte, las emociones del espectador al disfrutarlo, el sentimiento del autor y el poder de su existencia? Nosotros debemos ser los primeros en dignificar el videojuego y alejarlo del concepto de producto que tiene. Un videojuego es arte y punto, algo que hay que asumir a un nivel que vaya más allá de lo superficial. El imponer notas tan elevadas, obligar a un medio a imponerse a un juicio preestablecido o hablar de aspectos superfluos hacen que un videojuego pierda su concepto de arte y se vuelva un mero objeto de consumo.

Por fortuna, estos grises comienzan a aparecer gracias a blogs, podcasts y publicaciones de espíritu independiente que, o bien aplican un justo rasero numérico o emplean hábiles valoraciones verbales,  un simple "cómpratelo" o  conclusiones escritas que orientan al lector. En el fondo no son más que notas numéricas transformadas en palabras; pero el número que debería estar ahí se transforma en un gran gris que se introduce en el cerebro del lector para convertirse en la calificación; una opción necesaria y absolutamente complementaria a la otra. En resumen, amad los intermedios, ampliad la mente y devolvedle su valor perdido al 7, al 6 o al 5. Si todo se queda en 10-9 o 9.5 ¿Cómo valoraremos al juego revolucionario que está por llegar? No, un 21 sobre 20 no vale.

 ubisoft, notas, nuevebits

 


Publicado el : Artículos especiales, Investigación
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Actualizado ( Miércoles, 18 de Noviembre de 2009 12:27 )  

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