Aún recuerdo como, no hace tanto tiempo, Nintendo nos sorprendía con un cartucho que nos permitía disfrutar modificando los retratos de nuestros amigos, jugando al Space Invaders con la cara de nuestra abuela como final boss o vernos a nosotros mismos echando una carrera contra un topo y un pajarraco. Se trataba nada menos que del Game Boy Camera. Como dije, no recuerdo tan lejano todo aquello, aunque bien es cierto que en materia de videojuegos el tiempo parece tener sus propias normas.
En los últimos años, la tecnología ha avanzado tan deprisa que aquello que antes nos parecía sorprendente hoy nos resulta obsoleto y condenado al olvido; de cualquier modo, no se puede negar que Game Boy Camera era todo un avance de lo que se nos avecinaba, con Nintendo siempre a la cabeza en lo que a modelos de juego se refiere, con Nintendo DS, Wii y ahora Nintendo DSi; sin embargo, a veces tengo la impresión de que todos esos productos que han lanzado al mercado han conseguido ofrecer una serie de innovadoras posibilidades pero sin explotar del todo los beneficios que a nivel lúdico podrían haber llegado a ofrecer. En el caso de DS, resulta frustrante cuando buscamos títulos originales que nos permitan utilizar el stylus sin que esto sea un mero y decepcionante trámite. Es por eso que es de agradecer el encontrarse con cartuchos como Soul Bubbles.
Desde el primer momento en el que el juego arranca, un divertido texto nos advierte que nos encontramos ante un producto único en el que no veremos coches de carreras, personajes fantástico-medievales ni violencia explícita, asegurándonos, no obstante, que no tenemos de qué preocuparnos; y efectivamente. Si tuviese que definir Soul Bubbles en una sola palabra, esa sería único. Las aventuras de este joven aprendiz de cuidador de almas, al que tendremos que ayudar en su trabajo, nos engancharán desde el primer momento. No podemos decir que sea un título que destaque por unos gráficos de última tecnología. Tampoco es uno de esos juegos con una compleja trama argumental que se alcanza cotas épicas a medida que avanzamos; no. La verdadera magia de Soul Bubbles está en su concepto, en su originalidad. Algo que sin duda los aficionados a Nintendo DS estábamos pidiendo a gritos.
Nuestra misión consistirá en guiar a un grupo de almas hasta un portal escondido en un entramado laberíntico, para ello tendremos que introducirlas en una burbuja protectora que transportaremos mediante soplidos. En principio parece una tarea fácil pero a lo largo de cada nivel nos iremos encontrando distintas dificultades que pondrán en jaque nuestras habilidades como cuidador. Remolinos de viento, estalactitas, derrumbamientos, cuevas inundadas, enredaderas y enemigos de toda clase son solo algunos de los peligros a los que tendremos que enfrentarnos para conseguir que los espíritus lleguen a su destino a salvo, todo ello a través de unos escenarios cargados de detalles aderezados por una banda sonora de ritmos étnicos que nos ambientará de una manera fantástica en nuestro camino. Por suerte, no estaremos solos. A lo largo de toda esta aventura contaremos con la ayuda de un gracioso chamán algo caradura que nos guiará en nuestros primeros pasos y de tres máscaras que nos permitirán crear, cortar y deshinchar burbujas. Y por supuesto, nuestro stylus, el cual os aconsejo vayáis quitando el polvo pues no podréis despegar los dedos de él en todo el tiempo.
En definitiva por su jugabilidad, adicción y calidad general lo considero un título imprescindible para los aficionados a la portátil de Nintendo. Soul Bubbles es una reflexión que salpica a los programadores actuales, obsesionados con los elevados motores gráficos, las innumerables opciones de acción y los argumentos de película, se han olvidado de ofrecernos productos originales con los que poder pasar un buen rato de diversión sin necesidad de un largo aprendizaje. Ahí queda eso y quien quiera entender, que entienda.
Puntuación Final: 80/100