Es curiosa la manera en la que el mundillo indie ahora es elogiado dentro de los videojuegos... Pero lo cierto es que tal vertiente tiene sus antecedentes bastantes años atrás.
La historia de los videojuegos, como la de toda representación artística, siempre ha tenido dos vertientes: una principal, a la que podríamos definir como "comercial",y otra "independiente". Cabe reseñar que durante una serie de años (sobre todo en los 80) era común encontrarse con pequeños grupos de programadores, que por su cuenta y sin tener que depender de Sonys de turno para poder desarrollar su trabajo, conseguían hacer llegar sus creaciones al mundo de los ordenadores. Sin ir más lejos, nuestro país ocupó un lugar privilegiado por aquel entonces gracias a empresas como Opera Soft o Dinamic; claro que, por entonces, no gozaban de un status "tan" indie como en la actualidad, pero sobra decir que las maneras de crear sus juegos sí se acercan a lo que hoy entendemos como independientes.
En el mundo del cine también pervive esta dualidad, con un mundo comercial y otro alejado de las grandes producciones Hollywoodienses, al igual que en la literatura o música. Gracias al boom de los medios de comunicación encabezados por Internet y a la aparición de los blogs, que no es otra cosa que dar un soporte a la voz de los creadores, o a Creative Commons, podemos disfrutar de la proliferación de nuevos artistas que entregan trabajos con una frescura que ya quisieran para sí las grandes productoras... Como era de esperar, desde hace algunos años y tras un tiempo sin demasiada notoriedad, los videojuegos independientes también han encontrado su hueco en el mundo actual, y es que no hace falta ser demasiado listo como para darse cuenta de que vivimos una época dorada, doradísima para que fluya la creatividad de los nuevos artistas informáticos.
Obras como World of Goo, De Blob, o Flow únicamente representan la punta de lanza del sector indie actual; creaciones de modestos orígenes realizadas por un grupo de colegas que quieren innovar y divertir con medios que no le llegan a las suelas de los zapatos de la mayoría de las grandes empresas hypeadoras del mundo. A pesar de ese supuesta lastre, gozan de más de 500.000 puntos de carisma y diversión que un buen porcentaje de las superproducciones actuales.
Bienvenidos a todos y prepárense para disfrutar de algunas de las pequeñas maravillas que desde nuevebits les vamos a brindar.

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