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lunes 01.feb 2010
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Nuevebits Especiales Investigación El futuro del formato físico en consola

El futuro del formato físico en consola

 

Hasta hoy, el mundo del PC vivía tranquilo. Su devenir diario era casi rutinario, calmado, hasta predecible. Sin previo aviso, ha estallado una bomba que ha roto esa paz: el formato físico para distribución de juegos para compatibles dejará de existir el año que viene. Este hecho cambiaría sustancialmente todo el sistema de juego que conocemos. ¿Pasará algo similar en el terreno de las consolas? ¿Es el futuro o sólo una especulación?

psn store


Se ha comentado recientemente que el formato físico desaparecerá en el cercano año 2011. Esta declaración proviene de Darry Still, que es el director internacional de publicaciones de la editora 1C Games. Alguien que trabaja en ese sector y que afirme tal condena debe tener alguna razón para opinar así. Decirlo es fácil. Ahora bien, las consecuencias, daños colaterales y demás que se produzcan a raíz de ese hecho son bastante ramificados, y se distinguen dos sectores claramente diferenciados; los que pierden y los que ganan con esta desaparición. La economía en el sector ocio digital, concretamente los videojuegos, mueve mucho más dinero que el cine y la música juntos. ¿Se resentiría la industria si se produjera este drástico cambio? Veamos una breve aproximación sobre las consecuencias de la desaparición del formato físico en consolas.

 

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Fabricantes: Formato físico lo entendemos hoy día como DVD, aunque el Blu Ray se está convirtiendo en parte importante debido a la presencia de PlayStation 3 y otras divisiones de entretenimiento de Sony. Las empresas que se dedican a fabricarlos (en España hay 3 de ellas, localizadas en Bilbao, Barcelona y Zaragoza) se resienten, ya que la cantidad de soportes que fabrican empieza a ser mayor en relación a la demanda que tenían hasta antes del fatídico año). Como la demanda baja, la fabricación se resiente y con ello los beneficios, por lo que los empleados menos afortunados ven cómo sus trabajos o bien empeoran o bien desaparecen. Ya no sólo en España, sino en las empresas que son grandes fabricantes, sobre todo asiáticas.


Distribuidoras (físicas): Los juegos de consola (en todas sus versiones) son un trozo muy importante del pastel de la venta de videojuegos. Distribuir menos juegos implica ganar menos ingresos por juego vendido, traducido esto en pérdidas (o, según se mire, no pierden, sino que ganan menos). Las grandes distribuidoras verán reducidos alarmantemente sus ingresos, y las distribuidoras especializadas o directamente ligadas a una desarrolladora de juegos lo sufrirán de forma aún más aguda. En este apartado se incluye también transporte y distribución final, sector que no dejará de perder tampoco.


Tiendas (físicas): Las grandes damnificadas, ya que ellas también pierden una buena parte de sus ingresos. En la actualidad ya se están resintiendo especialmente, incluso las grandes cadenas. Este resentimiento se deja ver en el frecuente cierre de tiendas a lo largo y ancho de todo el país. Y esto sin olvidar que el negocio de los juegos de segunda mano desaparecería en un porcentaje altísimo, ya que esta clase de ventas se llevaría a cabo de persona a persona. Empleados verían su negocio cerrado, y aquellas tiendas que no se dedican a ello exclusivamente pero sí venden juegos de ordenador también verían mermados sus beneficios. Además de ser la Meca de aquellos que por una razón u otra no pueden o no quieren descargar el juego y lo prefieren en un soporte físico.


Tiendas (virtuales): La distribución se derivará automáticamente a la red de redes, por lo que quien más beneficios va a obtener con todo esto es el negocio de la distribución online. En la actualidad hay media docena de estas tiendas de gran renombre, como Steam o Games for Windows, o incluso la PlayStation Store, que ya se están frotando las manos con esta idea. Que toda distribución de juegos para la mayoría de sistemas (ordenador y consola) pase por sus manos sería tan lucrativo para ellos como desastroso para los usuarios, que se verían controlados, registrados y constantemente "seguidos". Se impondrían contenidos exclusivos en cada tienda para que el usuario eligiera la que más le conviniese, aunque tuviera que pagar más por ellos sin desearlo. En principio sería lógico pensar que es más barato y rentable distribuir digitalmente un producto que hacerlo en formato físico, ya que el fabricante se ahorra los costes de materiales, pero tristemente esta diferencia es poco probable que se deje notar sustancialmente en la venta por internet. En este punto falta por comentar el tema de los precios por juego, que fácilmente podrían rebajar los 59-69 euros que cuesta un juego en cualquier tienda, ya que para estas tiendas virtuales cada copia que distribuyeran les resultaría prácticamente gratis si obviamos el mantenimiento del servidor, ahorrándose materiales (papel, plástico, DVD o BD y el diseño) y los intermediarios.

 

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Estudios y desarrolladoras: Tendrán que cambiar completamente su estrategia, tanto a nivel de desarrollo de sus títulos como a nivel de programación, codificación, o estructuración. Así, un juego "tipo" vendría a ocupar sobre unos 3 o 4 gigabytes, tener una o dos pistas de audio, una cantidad aceptable de niveles de mapeado en los que jugar, una banda sonora, todo ello ocupando un espacio que puede ser tan pequeño como un CD o un DVD. Con la desaparición de estos soportes, un juego de estas características sería no una utopía, pero sí un problema para distribuirlo. Actualmente en España no contamos con una velocidad y condiciones de conexión a internet lo suficientemente rápida como para que un usuario medio piense que descargar un juego de 4 gigabytes (o más) es una buena idea. Cortes de conexión, velocidades alarmantemente bajas, interrupciones en la descarga, tener que volver a bajar el juego cuando se estropea la conexión, descargas corruptas, disponibilidad, espacio en el propio disco duro, imposibilidad de tenerlo "a salvo" en un soporte tangible, son los principales inconvenientes que prácticamente cualquier usuario sopesará a la hora de descargar un juego que ocupe tanto. La alternativa es la siguiente: hacer juegos de tal forma que el usuario pueda descargarse en un momento dado el núcleo del juego, y después pueda acceder a otros contenidos como contenidos descargables, aligerando (aunque no realmente) el peso del juego. En lugar de jugar a un juego de diez horas de duración, descargo las primeras tres horas, luego las cuatro siguientes y finalmente las últimas tres. Esto afecta tanto a la descarga como a la estructura interna del juego (capitulación, guión, mapeados, historia y argumento, secuencia de juego, expansiones...), aunque es una alternativa relativamente eficaz, pero viable. Hoy día, muchos juegos se ven expandidos con añadidos (muchas veces poco apetecibles) que alargan la vida del juego o sirven para mejorar la experiencia jugable. Un intento de esto es el revuelo que se armó con Street Fighter IV y unos extras ridículos, que por cierto vendrán en la edición expandida Super Street Fighter IV. En algunos casos, una expansión puede alargar un juego aproximadamente entre un diez y un veinticinco por ciento del tiempo de juego, como los capítulos extra para Grand Theft Auto IV, Lost and Damned y Ballad of Gay Tony. Aunque tampoco es raro ver auténticos chollos, como ediciones de segundas partes que regalan la primera parte de la saga: ya se hizo con el Runaway 2, por ejemplo, en la edición de FX; o digitalmente, como el lanzamiento que prepara Steam, que en su tienda virtual ofrece reservar Bioshock 2 y de regalo llevarse el primer Bioshock. Además, se han anunciando DLC para Heavy Rain que permitirán jugar como el Asesino del Origami. Incluso se planea también contenido extra para Dante’s Inferno. Si se cambiara el modelo, los juegos se distribuirían en paquetes jugables más cortos, con añadidos que en principio deberían haber formado parte del cuerpo principal del título, siendo por ello más amplios, y, probablemente, con esa 'excusa', más caros. Es la moda que actualmente se está dando en consolas: los DLC. Un juego no es nadie si no anuncia su respectivo DLC, aunque sobre este hecho hay tantos detractores como fanáticos. Hay juegos cuyo DLC está previsto o hasta acabado antes que el propio juego (se han anunciado DLC para Bioshock 2, por ejemplo).

 

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Otras partes afectadas: Si no hay ediciones físicas, también deja de haber caja. Esto se traduce también en la desaparición de las ediciones de coleccionista. Siempre hay otras formas de conseguir suplir la inexistencia de formato físico, pero a la vez sería incómodo para los usuarios. Por ejemplo, un jugador que quiera una edición de coleccionista va a su tienda, la compra, se va a casa y disfruta de ella. Si desaparecen, esta secuencia cambia: el jugador entra a internet, compra online su juego y lo pone a descargar; no sería difícil que aquí en España le costara unas diez horas de descargar, contando que no hubiera problemas. La tienda que se lo ha vendido tiene sus datos, no sólo personales, sino también sobre sus gustos, y se dedica más que probablemente a enviar correo-propaganda a su dirección de correo sobre que el juego que acaba de adquirir puede acompañarse de material extra "tipo merchandising" que puede comprar y recibirlo por correo. El cliente, tras pensárselo, lo adquiere y espera pacientemente varios días a que le llegue. Por supuesto, no le llega ninguna copia del juego en DVD o CD.
Aparte de este detalle, el usuario medio corre el peligro de que su ordenador se comporte de forma inesperada y su copia del juego desaparezca por arte de magia informática, debiendo volvérselo a bajar (si tiene el derecho) o, en el peor de los casos, volviéndolo a adquirir. Desaparece la reventa y, si las desarrolladoras o las tiendas virtuales obligan a tener instalado un sistema de control consistente en un juego con ID única de usuario, o que debe comprobar online que el juego se juega en el ordenador que lo descargó, también desaparecerá, en principio, una parte importante de la piratería. En principio, ya que yo no apostaría mucho a que aquellos que se dedican a sacar cracks, parches, rompe-protecciones y demás inventos anti-antipiratería no tardan demasiado en hacer acto de presencia. También desaparecerá el típico "te dejo el juego y lo pruebas", o el clásico "vamos a tu casa y jugamos allí".


Personalmente, creo que este panorama tan desolador para unos y prometedor para otros no se va a producir a tan corto plazo. El modelo de negocio está arraigado fuertemente, la mentalidad de los jugadores no es tan fácil de cambiar, y hacer cambiar de costumbres a alguien, sean jugadores veteranos o no tan veteranos, no es precisamente fácil. La 'dificultad' de adquirir un juego online, en comparación a ir a la tienda que está a dos manzanas de mi casa con cincuenta euros en el bolsillo y en menos de un cuarto de hora ya lo estoy probando, es por el momento un escollo insalvable para muchos usuarios y también para muchas distribuidoras. Dar datos por internet, habitual para muchos, echará para atrás a muchos otros, que añorarán el desprecintar su último juego favorito, hojear (o apartar) el manual, admirar el disco, y con una ligera ansia meterlo en la correspondiente consola. Se pierde esa magia, ese ritual que precede a la diversión. Es verdad que la descarga digital puede ser ventajosa, pero también es cierto que el formato físico no deja de tener muchas ventajas que la versión digital no puede cubrir. Es verdad que cada vez las descargas digitales son más numerosas, pero tampoco deja de ser cierto que serán muchos los reacios a adquirir un juego online si en una tienda lo pueden tener al mismo precio -o simplemente que no puedan descargárselo-. Aún le queda mucha cuerda a los juegos en formato físico; eso sí, si llega a desaparecer, como pretenden dos empresas pioneras en juegos online sin ordenador ni consola en casa, yo estoy seguro que no será hasta dentro de unos cuantos añitos.

 

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Se ha presentado en Baltimore la experiencia piloto de lo que será Onlive, la empresa que quiere llevar a cabo la tarea de jugar vía internet casi cualquier juego. El vídeo mostrado promete, ya que no sólo se limitan a su consola (que es poco más que un decodificador de vídeo que envía las señales del mando), sino a casi cualquier plataforma como mostraron, jugando a Crysis en un iPhone. Eso sí, dijeron que hacía falta o bien estar "cerca" de los servidores que corren el juego, o que se debería tener una 'buena conexión'. OnLive planea ofrecer muchos juegos, tanto modernos como menos modernos, por lo que también se debería tener en cuenta el cambio unificador que supondría que las tres grandes del sector (Sony, Nintendo y Microsoft) vieran sus juegos bajo un mismo techo. Naturalmente, serían versiones "de ordenador" de los juegos, o incluso emuladas, pero al usuario final eso le sería completamente indiferente y transparente. Fuera preocupaciones sobre compatibilidades, comprar consolas, incluso horarios de tiendas... Pero aún hay mucho por aclarar en estos temas.


Para ir cerrando el artículo, querría apuntar que aún sigo dudando -y mucho- que cualquiera de los grandes del sector se "venda" así y deje tiradas sus máquinas para pasarse a OnLive -ya no puedo decir lo mismo de los estudios third parties y los independientes-, y también dudo que no haya una siguiente generación de consolas. Si la actual aún va a resistir cinco, seis o siete años más, es fácil pensar que esa nueva generación llegue con lectores. ¿De DVD, BD, tarjetas, otro formato más nuevo? ¿Retrocompatibilidad? ¿Relativa compatibilidad unas con otras? Eso ya es más difícil de precisar. Pero al soporte físico aún le queda mucha guerra que dar. Aún han de llegar los BD de doble capa, los holográficos, o simplemente discos duros, HDD o pendrives USB, con el juego dentro.

El tiempo tiene las respuestas.


 

Comentarios 

 
0 #1 Eucrow 27-01-2010 20:56
Tampoco creo que esto vaya a suceder en un período tan corto como un año, y si no que se lo pregunten a sony con su psp Go (que por otra parte como cachivache mola).

Durante una temporada existirá un mercado paralelo: mas barato online y en tiendas físicas con cajas... o eso me gusta pensar. Y quien sabe, a lo mejor las ediciones en caja son siempre ediciones especiales, como el caso en Europa de Aliens vs Predator (aunque tampoco es que sea para tirar cohetes la edición que sustituye a la normal).

Lo que está claro es que al final, por mucho que nos resistamos, vamos a acabar todos olvidándonos de lo que se disfruta al ir a la tienda, abrir el juego en la parada del autobús antes de llegar a casa... los nervios al meterlo en la consola (y la desesperación al tener que esperar a que se instale )
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