Las madres han odiado los videojuegos desde tiempos inmemoriales y tras un profundo y pormenorizado estudio, hemos descubierto al fin por qué. Título tras título, nuestro ocio favorito se ha empeñado en meternos en la cabeza los mismos comportamientos que nuestras madres siempre han deseado que nunca tuviéramos pero la pulsación de un pad educa más que una colleja.
No cojas cosas del suelo
Cuando éramos totalmente pequeños nos apasionaban los trastos brillantes, los guijarros blancos y hasta los chicles pegados a una rata muerta, si alguien había perdido esos tesoros, peor para ellos; pero para nuestros ojos infantes eran pequeñas joyas para guardar en nuestro fuerte de cojines, sábanas y cajas vacías de la tele que nos protegía en el interior de nuestra habitación. Los gritos y chaparretas de una madre nada pudieron hacer nada contra la tentación de coger aquel potencialmente inútil pollo de goma con polea en Monkey Island, restos podridos de queso y el pelo de una morsa porque sabíamos que con eso haríamos una trampa para ratones en algún momento de algún juego , tazas sucias y casi cualquier cosa en los momentos iniciales de Oblivion porque si te lo dejaban coger para algo valdría; pero no, o las desquiciantes guarradas sin sentido del DiscWorld de PSX. Las aventuras gráficas en general y algunas aventuras en concreto son así: “Vaya, un asqueroso pañuelo lleno de mocos, en fin, para algo valdrá, sino ¿para qué brillará con tanto descaro aquí en medio?”
No pegues a tus amiguitos
Nosotros no queríamos pegar a ese maldito bastardo que se metía con nosotros en el colegio, bueno sí queríamos, pero él nos sacaba tres cabezas de alto, y nos sacaría también las tripas sólo por mirarle mal cuando tenía a bien insultarnos. Cuando se lo contábamos a nuestras madres, ellas no hacían como Kart Winslow en la tele al enseñar a Eddie a boxear, nuestra querida progenitora nos sugería el diálogo, la conversación y el entendimiento; pero cuando volvíamos al colegio en nuestra cabeza rondaban mil maneras de matar a ese gólem relleno de nuestros bollicaos robados e ira, formas sangrientas de descuartizamiento que la consola nos había enseñado sin demasiadas sutilezas. Podríamos arrancarle el torso de cuajo, estrujarle la cabeza de un uppercut, rebanarle el cuello y quitarnos la máscara para escupirle un hálito de fuego que lo redujera a cenizas ¿qué es lo peor que podía pasar? ¿Qué luego apareciera escrito en el aire “Round Two” y tuviéramos agotada nuestra barra de Special?
No pises el césped
Esta orden recurrente siempre me ha enfadado, la forma más rápida de llegar a un sitio es recorriendo la diagonal y no dando mil vueltas por caminos idiotas que nos hacen dar mil vueltas ¿Por qué los caminos más rápidos siempre están ajardinados?. Los videojuegos siempre han tenido distintas formas de entender esto, sobretodo los RPG´s, donde muchas veces salirse de la vía prefijada significaba enfrentarte a un sinfín de combates aleatorios que te hacían volver corriendo al tranquilo camino de tierra. Cuando era así , las madres estaban contentas, los videojuegos nos estaban educando bien pero cuando llegó Pokemon su paz se destruyó. No ha quedado ni un centímetro cuadrado de hierba donde no nos hayamos sumergido hasta el cuello, y aún encima le llenamos la casa de bichos.
No comas guarradas, que llega la hora de cenar
Mario comía flores y setas, Sonic se zampaba anillos que meaba cuando se asustaba, Alexx Kid comía todo lo que se le pusiera delante y no quiero hablar de Kirby, que sólo veía bocatas con piernas cuando entraba en una fiesta. Menos mal que llegó Fable II y su brócoli para darnos una lección de buen comer tras el susto que se llevó mi madre cuando me vio sonreír comiendo serpientes
No te beneficies a esa prostituta, le robes y luego la mates
Mamá, nadie es perfecto.
vídeo que me descubrió el buen líder de gamesinvaders.es
Es por esto que dirán que los programadores son unos eternos niños pequeños, sólo hacen juegos para vengarse de sus madres y educar a una nueva generación a desobedecerlas. Gracias por el rato.
Comentarios
Molan las novedades. Si escuchas los textos hablados del revés oirás mensajes satánicos, ¿por qué no decirlo?
En fin... Más razón que un santo en cuanto a lo de "el camino más corto está siempre ajardinado" y lo de los Pokémon...
Un consejo a los niños: nunca juguéis al PacMan o acabaréis mal. Y no juguéis con el Kirby realista (uf, qué grima).
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