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domingo 15.nov 2009
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  • Análisis

Bayonetta

Escrito por Adrián Suárez,
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Una bruja lasciva de diseño estilizado retoma el testigo que Dante abandonó. Disparos, katanas, sangre y muchos desnudos gratuitos patrocinados por la nueva reina del Beat'em up, Bayonetta. 

Bayonetta and flowers

 

Los videojuegos tratan, o al menos trataban, de ofrecer una simulación de la realidad; de modo que pudiésemos recorrer castillos antiguos o ciudades futuristas, experimentar cosas que sólo aparecen en los libros o en el cine, como la magia, o permitirnos realizar actividades peligrosas, como pilotar coches a trescientos kilómetros por hora o enzarzarnos en un tiroteo con unos secuestradores.

Sin embargo, en algún punto, la simulación de ser un héroe que mata a un montón de enemigos con su espada se transformó en algo nuevo. De repente, podíamos combinar espadas, hechizos y pistolas para aniquilar a nuestros enemigos. No existía nada parecido en la vida real, pero sin duda era algo vertiginoso y fascinante. Para explicarlo, se le dio una ambientación pseudo esotérica: el poderoso héroe capaz de hacer todas aquellas cosas era Dante, el hijo de un demonio llamado Sparda. El motivo por el que los beat'em up cambiaron para siempre fue Devil May Cry. Desde entonces, miles de juegos han tomado buena nota de su propuesta. No era raro que tu personaje disparase un bazooka, lanzase un rayo de energía verde y rematase al enemigo haciendo aparecer hachas de la nada; se convirtió en lo habitual, ya no importaba tanto el trasfondo, lo principal era crear los combates más espectaculares. Era una nueva forma de batalla, demasiado irreal para que apareciese en ninguna película seria, pero el pan de cada día en los videojuegos; y entonces llegó él, un calvo lleno de tatuajes cuyos poderes y habilidades rivalizaban con los de Dante y cuya brutalidad no tenía parangón en el mundo de los videojuegos. La magia esotérica ya no bastaba para explicar aquello, era necesario un cambio de trasfondo. Se recurrió a las epopeyas épicas de la antigüedad, donde un héroe podía derrotar a cantidades exorbitadas de enemigos con tal tranquilidad que, a los lectores contemporáneos, sencillamente les resultaba demasiado fantasioso y en general no intentaban tratar de imaginarlo. Gracias a Kratos, ahora imaginamos aquellas épicas y sanguinolentas matanzas con mayor precisión. Nunca la Ilíada o la Odisea nos resultaron tan perturbadoras.

Pero todavía existía una línea, una línea que juegos como Dante's Inferno o el español Lord of Shadow aún se dignaban a respetar aunque ya había sido transgredida por el extravagante e infravalorado Viewtiful Joe. Estoy hablando de la línea que diferencia la cordura de la locura, una línea que, de un taconazo, Bayonetta ha decidido eliminar por completo. De repente, ni siquiera hay que molestarse en fingir que las luchas tienen algún sentido o que exista cierta escala de poder a respetar en los mundos de los personajes, cualquier cosa sirve para matar con una explosión o un efecto de luz, tus tacones son ametralladoras, o escopetas, o lo que haga falta; tu pelo es la única ropa que llevas, pero puedes usarlo como arma: una pelea sólo será divertida si los trozos ensangrentados de tu enemigo salpican tu desnuda y voluptuosa piel.

 

 

¿Qué puede ofrecernos Bayonetta que no hagan otros juegos? Desde luego, no es un juego tradicional, pero tampoco es exactamente innovador. A nivel estético, los escenarios pueden recordarnos a los visitados por Dante en cualquier Devil May Cry, y sin embargo se percibe una sustancial diferencia. Ahora todo es más suave, no hay escenarios de oscuridad completa o de destellos de luz cegadoras. La música que resuena en nuestros oídos se ha vuelto más relajante, abandonando ese tono amenazador e insistente, invitando a relajarnos y descuartizar a nuestros enemigos en una sensual danza destructiva. Ya no eres un furioso medio demonio vengador dispuesto a demostrar que tu lado humano te hace más fuerte que cualquiera de tus congéneres. Ahora eres una bruja, con nula humanidad, que te recreas en los enemigos y disfrutas exhibiéndote ante ellos antes de matarlos.

Bayonetta tiene un aspecto muy atípico; parece fugada de un juego erótico, su sensualidad y sus expresiones son más acordes a un hentai que a un videojuego. Su diseño estilizado, de miembros largos y su expresión de pervertida encandilan a unos y asquean a otros; y sin embargo son sus poderes los que la hacen diferente. En Devil May Cry, o cualquier otro del estilo, hay combos; dicha esta obviedad, resaltaré que son combos que hay que memorizar, no son muy difíciles, claro está, pero tienes que aprender a ejecutarlos y siempre te pueden salir mal. En Bayonetta también hay combos, tantos combos que casi parecen faltar botones. No es necesario aprenderselos: uno puede saltar por encima del grupo de monstruos al que se enfrenta y apretar unos cuantos botones al azar. Algún combo aparecerá, siempre, y verás a tus enemigos salir volando en todas direcciones, cortados por una katana o destrozados por una repentina lluvia de balas. La bruja Bayonetta no teme ir desnuda por el mundo pavoneándose porque sabe que es intocable. Sus poderes son tan enormes que sus enemigos no puede hacerle frente, por mucho que sean gigantescos y destrocen el suelo bajo el cual ella camina. Con esto quiero decir que, al menos en la demo, el título es fácil. Ridículamente fácil. Estoy seguro de que hay combos realmente complejos en el juego, pero por ahora no he visto la necesidad de aprenderlos. Los enemigos son muy débiles y los combates se vuelven espectaculares pulses lo que pulses. Esperemos que en el juego haya monstruos y enemigos que realmente exijan aprovechar el potencial de nuestra bruja nudista. No dudo que habrá algún jugador que se aprenda todas las combinaciones existentes, con tal de ver a la chica despelotándose en mil poses distintas y bajo lluvias de sangre cada vez más densas. Pero eso ya podremos verlo en Youtube.

En conclusión, Bayonetta es un título inusual que recicla los elementos de Devil May Cry llevándolos a su máxima expresión, dejando por el camino atrás la esotérica y la épica y arrojándonos directamente a las fauces oníricas de la locura. Todavía no sé si Hideki Kamiya, creador del famoso cazademonios, ha vuelto a crear una genialidad o si por el contrario se ha limitado a hacer realidad sus fetiches, plasmándolos en un extravagante pero prescindible videojuego. Personalmente, me divertiré descubriéndolo. Siempre me han gustado los combos imposibles.

Cuerpos exhuberantes bajo una lluvia de carne picada.

 

 

 

 

 

 

 

 

Primera impresión:
Pobre     Normal     Interesante     Prometedor     Futuro Must-Have

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Publicado el : Playstation3, Avances
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