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domingo 15.nov 2009
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Nuevebits Wii Análisis

Zelda Twilight Princess

Escrito por Raúl Lutzardo,
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Cada vez que nos sentamos delante del TV y nos preparamos para jugar a un nuevo capítulo de una de esas series míticas, como Final Fantasy, Metal Gear, Mario, o el caso que nos ocupa, Zelda, se nos suelen plantear algunas inquietudes justo antes de encender la consola ¿mantendrá la calidad de los títulos anteriores, o éste será el principio del fin para la saga? ¿seguirá los patrones habituales o se habrán arriesgado con algo totalmente nuevo? ¿será demasiado parecido a sus predecesores? Veamos las respuestas obtenidas cuando por fin apagamos la consola.

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Zelda TP es un juego muy sencillo de describir, es una aventura con vista en tercera persona, donde tendremos que recorrer el mundo mágico-medieval de Hyrule para liberarlo del mal que lo asola, por encargo, cómo no, de la princesa Zelda. Durante nuestro viaje iremos visitando diferentes localizaciones típicas de la franquicia, como la planicie de Hyrule, la villa de Kakariko o la montaña de los Goron. En cada una de ellas tendremos que realizar diferentes tareas, como derrotar a los jefes enemigos, ayudar a los niños de nuestra aldea capturados por las fuerzas del mal, conseguir las armas principales de Link como el Arco o el búmerang, o aprender nuevos golpes especiales para nuestro personaje.
Una vez cada una de estas zonas está libre del poder de las sombras que ha extendido el malo de turno, podremos revisitarlas con total libertad, pero antes de eso, es el juego el que nos guía y decide por nosotros qué zona ocupada es la siguiente que debemos limpiar.

En cada localización tenemos la correspondiente mazmorra a recorrer hasta llegar al guardián final, al cual debemos derrotar. Como en  los títulos anteriores, estas mazmorras son lo mejor del juego, todas están llenas de saltos imposibles, enemigos ocultos, trampas, codiciados cofres con tesoros escondidos e inteligentes puzzles que el jugador debe ir resolviendo ayudándose de su ingenio y de las muchas pistas que suele haber alrededor si  se presta atención a ellas.
Unas mazmorras son más complicadas que otras, pero todas tienen un diseño soberbio y están ajustadas a la perfección para que el jugador tenga esa sensación de estar siendo retado por el juego y de triunfo cuando por fin la supera. Quizás son demasiado sencillas, sobre todo por lo débil de la mayoría de los enemigos con que nos vamos enfrentando por el camino, pero aún así, siguen siendo muy divertidas, y te llevan siempre a decir el ya típico "sólo una partidita más".


Fuera de las mazmorras, por desgracia, el juego pierde parte de ese buen hacer. La sensación constante es de vacío, no parece que estés viajando por un mundo vivo que existiese antes de que nosotros llegásemos a él y que seguirá existiendo después, más bien parece sólo el decorado de una película creado para nosotros. El caso de Kakariko, la primera aldea que visita Link tras salir de su villa natal, es el ejemplo perfecto, no hay prácticamente ningún personaje secundario por las calles del pueblo haciendo su vida diaria, la mayoría de las pocas casas están vacías, no hay animales en los campos aledaños, y los escasos personajes que hay parecen estar petrificados esperando únicamente a que Link interactúe con ellos en el momento correcto de la historia. Es todo demasiado "artificial".
Hacia la mitad del juego, el panorama mejora algo. Por fin podremos acceder al interior de las murallas del castillo, donde veremos mucha más animación: mercadillo, tabernas, adivinos, soldados, gente de paseo, etc. Pero la buena sensación inicial desaparece al darnos cuenta de lo pequeña que es la plaza y las cuatro calles aledañas, y encima, con parones para cargar datos entre cada una de ellas.

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Otro problema notable de este capítulo es el escaso carisma que tiene la mayoría de los personajes, de los cuales nos olvidaremos casi al momento siguiente de haberles conocido. Quitando el cartero que tararea las melodías del juego cuando nos entrega una carta,  el único personaje que recordaremos de este juego será Midna, gracias a su diseño entre niño y adulto, y a su comportamiento entre el bien y el mal. El resto es plano, sin gracia y sin personalidad, algo bastante extraño tratándose de un Zelda.

Afortunadamente, la ambientación del juego también tiene su lado positivo, que en este caso es justamente su "lado oscuro". Este es el capítulo con un perfil más adulto de los que hemos visto hasta la fecha. No es que estemos hablando de algo parecido a un Dead Space, pero el diseño de algunos enemigos, ciertos detalles en los diálogos  y en algunas escenas de vídeo, la paleta de colores utilizada en las zonas dominadas por las sombras, o los pensamientos de las almas que escuchamos en la forma de Lobo, ayudan mucho a conseguir un nuevo estilo menos infantil que le sienta de maravilla.

En un juego de Wii, es obligatorio hablar del control. En este caso, el juego se maneja a la perfección, con el Nunchuk controlamos la dirección y velocidad de Link, uno de sus golpes especiales y fijamos a los enemigos durante el combate, con el ya conocido por todos sistema de z-targeting, que fuera inaugurado con el Zelda OT. Con el Wiimote controlamos el resto de ataques y los objetos y armas que queremos usar en cada momento, así como el punto de mira para las armas que lo necesitan, como el arco. El control en las fases en las que Link se transforma en Lobo es prácticamente igual, salvo porque no podemos usar ningún arma estando en ese estado, a cambio, tenemos algunos "poderes mágicos" que nos facilitan las cosas. El único "pero" que se le puede poner al juego en este apartado son los momentos en los que vamos a lomos de Épona. Nuestro fiel corcel es una maravilla cuando va al galope, pero es demasiado lento cuando queremos detenerlo en seco y cambiar de dirección. Lo normal será que, en cuanto el argumento del juego nos lo permita, optemos por transformarnos en lobo para ir más rápido, y Épona quedará relegada al olvido.

Técnicamente, el juego tiene que llevar sobre sus hombros la carga de haber sido diseñado para la Game Cube y no para  Wii. A estas alturas todos sabemos que la consola de Nintendo no llega ni de lejos a la potencia que tienen sus competidoras, pero sí ha demostrado poder hacer más de lo que vemos en este Zelda TP. Es verdad que tras un par de horas jugando te olvidas de la calidad de las texturas, principal problema que arrastra, pero hay otros detalles técnicos, como cargas de datos desde el DVD demasiado habituales, que tampoco ayudan a mejorar la impresión global.
En el lado positivo tenemos que hablar de la música y los efectos de sonido. Muchos de ellos son los mismos que en versiones anteriores, pero son tan adecuados y de tanta calidad que siguen encajando como un guante dentro del juego. Escuchar por primera vez en este TP la melodía que suena cuando Link abre un cofre, no tiene precio.

link


Conclusiones:

Es indudable que este enésimo capítulo de la saga es un digno sucesor, es un cuento de hadas digno de llevar el nombre de Zelda con todas las letras, con todo lo que eso tiene de bueno y de malo. Mantiene todas las señas de identidad de anteriores entregas e intenta añadir algunas novedades como las fases en las que Link se transforma en lobo, pero el sabor que deja en el jugador es inconfundible.

 Por otro lado, no es el mejor Zelda de la historia. Gráficamente no llega a mantener el mínimo exigible a un juego de Wii, cosa que se le podría perdonar si otros aspectos, como la dirección artística, fuesen sobresalientes, pero es que ese tampoco es el caso, excepto en contadas ocasiones. Una ambientación desangelada es una tara demasiado importante como para pasar desapercibida. Es verdad que mejora hacia el final del juego, cuando llegamos al castillo y por fin vemos algo de animación por las calles, pero al terminar la partida es inevitable quedarse con la idea de que "El muno de Hyrule" se reduce a dos aldeas de cuatro casas y un castillo diminuto.

Aún así, sigue siendo un juego donde se nota  el enorme esfuerzo que sus desarrolladores han empleado en conseguir divertir al jugador y, al mismo tiempo, "picarlo" para que siga jugando una partidilla más, y eso, que sin duda es lo más importante en un videojuego, lo consigue.

 

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Puntuación final: 70/100

 

Publicado el : Wii, Análisis
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Actualizado ( Miércoles, 04 de Noviembre de 2009 19:57 )  

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