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martes 17.nov 2009
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Nuevebits Retro Análisis

Soleil

Escrito por Adrián Suárez,
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Una bonita historia con moraleja, un juego dulce de aventuras donde tu filo es bendecido por las habilidades de los animales que te acompañan. Megadrive acogió en 1994 un juego de rol y acción con la base jugable de un Zelda y un entrañable carisma que aún sigue vivo en mi memoria.

soleil, megadrive

Hablar de juegos retro tiene un por qué, no se trata sólo de echar la vista atrás con añoranza o de señalar los títulos del ayer que ahora pululan por las distintas tiendas virtuales y que realmente merecen la pena; porque no nos engañemos, también había mucha mierda entre los juegos de 16 bits... aunque antes los juegos malos parecía que salían sin querer, ahora uno ya no sabe qué pensar, la verdad. El caso es que resulta interesante reflexionar por qué, tras más de diez años, uno se sigue acordando de juegos como "Soleil"¿qué tenía esa especie de Zelda infantilón de especial? fundamentalmente el ser capaz de jugar a ser un cuento, sin  resultar cursi, tanto a nivel narrativo, de trasfondo como de jugabilidad. La magia de Soleil no radica sólo en recibir una agrabable historia sino también en la forma en que nos llega y en la manera en que aparecen colocados los distintos elementos en escena.

El título nos sitúa en un mundo condenado a una perpetua guerra entre monstruos y humanos. Los hombres piensan que todos los monstruos son malos por el mero hecho de ser feos, tener colmillos gigantes, comer carne humana y escupir fuego por los ojos (somos una panda de mal pensados) cuando, como todo en esta vida, tiene dos caras y hay monstruos buenos y otros malos; y los malos son malos porque tuvieron una mala infancia y se dieron mucho al vicio con el "Counterstrike"; pero eso ya lo expliqué en este otro artículo. El caso es que, como en todo buen juego que se precie, el destino del mundo reposa de nuevo sobre los hombros de un chico de catorce años. Es el momento de poner fin a un ciclo interminable de luchas y al día del apaleamiento de la culebra.

 

 

 La jugabilidad del título se apoya en su mayor aportación: la contribución de una amplia gama de animales, cada uno con su poder, que se unirán al equipo y nos otorgarán determinadas habilidades. La magia de este sistema radica en que podremos llevar un máximo de dos a nuestras espaldas, con lo que sus poderes se combinarán y darán como resultado una nueva habilidad más poderosa que las otras dos por separado, o simplemente distinta. Con su ayuda tendremos que hacer frente a nuestros enemigos y también solucionar puzzles en los que nuestra espada ha de poder ser controlada a distancia, rebotar en las paredes o simplemente nosotros necesitaremos saltar más alto. Nuestros peludos amigos nos permitirán realizar tales acciones y no sólo eso, sino que además nos brindarán distintas soluciones a un mismo puzzle. Cuando salió el juego ninguno de mis amigos tenía la Megadrive -maldito fontanero- pero sí pude comprobar con mi hermano que las partidas eran sensiblemente diferentes y que la resolución de determinados acertijos se volvía más complicada según lo retorcida que era la mente de cada uno y la pareja animal escogida. Al acabar el juego, uno se pregunta ¿así que un juego de estos se puede hacer sin insistir en el maldito bumerán, el endemoniado arco o las pesadas botas de plomo que siempre me acaban conduciendo a un templo submarino en donde uno se pregunta en qué demonios estaba pensando el arquitecto?... perturbador... y no sólo eso, sino que Soleil incluso consigue ser divertido en la consecución de sus puzzles; es decir, cuando nos pide que obtengamos la combinación de bichos adecuada, ya que es así como descubriremos un nuevo par de bichos cuya mezcla nos regala una mejor forma de acabar con los monstruos que se interponen en nuestro camino ¡combina león y guepardo para una receta de destrucción! ¡o mejor todavía, león y leviathan! no habrá monstruo que se te resista.

El juego tiene un gran espíritu ecologista. El protagonista es capaz de interactuar con los animales y las plantas y sin su ayuda no podría avanzar, los respeta y ellos le prestan su colaboración; pero el concepto "respeto" va mucho más allá y hasta se atreve a hacer una reflexión acerca de las criaturas llamadas "monstruos", que se suponen malas. Además de por el uso de los animales, recuerdo con mucho cariño este juego porque, en un momento determinado, te ves convertido en un pequeño monstruo-bola. Asustado, has de escapar de un malvado héroe y correr hasta tu mamá "monstrua". A salvo, tú y tus congéneres os preguntáis por qué tanta violencia contra vosotros cuando no habéis hecho nada. Puede que yo fuera muy crío pero me enterneció, nunca antes un juego pretendió enseñarme algo más que cómo pasar una tarde entretenida; y es más, nunca antes un juego se había convertido en una experiencia tan global. En el Zelda de SuperNintendo -por poner un ejemplo sin malicia ninguna - llegamos, superamos la historia y se acabó, no hay nada más, ni una explicación de por qué los desarrolladores escogieron un determinado escenario, unos determinados monstruos o una determinada historia, en Soleil sí que encontramos esa explicación, ese querer ir más allá en forma de fábula de cuento; y eso es lo que le da una auténtica personalidad alejada del Zelda. Se entiende que empleemos animales para avanzar ya que para entender el dolor de los monstruos, primero hemos de entender los sentimientos de los animales. Esto me recuerda a la película Zombies Party donde los chicos de Coldplay hacían un cameo para realizar un llamamiento a proposito de la defensa de esa minoría social llamada zombies. Ellos también tienen sentimientos y su amor no tiene límites, los zombies, digo.

 

 

 

 Si os apetece echar unas partidas a él en menos de cinco horas llegaréis al final, así que, si podéis, dadle una oportunidad, ya no tanto para experimentar todo ese rollo de amor a los monstruos... que raro suena dicho así ¿verdad, querida Peggy-Sue? "Beeeeeee", tú sí que sabes, querida Peggy Sue; sino para descubrir cómo la fórmula Zelda, de verdad, de verdad, de verdad acepta muchas otras variantes a su esquema; y recordad: si tienes una Megadrive ¡estás de suerte!

 soleil, megadrive, retro

 

Publicado el : Retro, Análisis
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Actualizado ( Miércoles, 04 de Noviembre de 2009 19:57 )  

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