Hoy vamos a hablar sobre otro nuevo juego basado en una de las franquicias más prolíficas de Capcom, Resident Evil, en concreto el Darkside Chronicles. La cantidad de juegos nacidos bajo este nombre ronda ya la veintena, algo que ni el mismísimo Shinji Mikami podía imaginarse cuando gestó el primer RE allá por el año 1996.
A pesar de que el título original era un juego basado en el suspense y la tensión constante, la franquicia ha ido reorientándose poco a poco hasta ser en la actualidad más un juego de acción que otra cosa, como bien demuestran sus últimas apariciones y este juego de disparos sobre raíles que nos ocupa. Este cambio de enfoque no ha sido del gusto de todos los aficionados, como suele ocurrir cuando se toca una saga clásica, pero hay que reconocer que, más allá de estos cambios, los nuevos capítulos han seguido manteniendo un buen nivel de calidad general
El argumento del juego narra, en esencia, los mismos acontecimientos que ya hemos vivido en el Resident 2 y en el Code Verónica pero vistos desde una nueva perspectiva, con la inclusión de una par de entornos nuevos a modo de prólogo y final.
En esta ocasión, Leon S. Kennedy y Jack Krauser viajan a una remota aldea perdida en medio de la selva de un país de América del Sur en busca de un tal Javier Hidalgo, el típico capo de la droga que es casi el dueño del pueblo y que tiene un mini ejército personal a su servicio. Al parecer, el tal Javier mantiene algún vínculo con Umbrella y somos los encargados investigarlo. Tras llegar a la aldea, rápidamente nos vemos inmersos en la batalla contra los zombis, ya sean humanos o las mutaciones de diferentes animales salvajes. Aquí conoceremos al que iba a ser nuestro guía, que ya moribundo, tiene el tiempo suficiente para hablarnos de Manuela, la hija de Javier y una de las protagonistas del juego, que se unirá a nosotros al final de este prólogo.
En este momento Jack Krauser nos pide que le contemos todas nuestras vivencias anteriores en la lucha contra estos seres, a partir de aquí, revisitaremos los acontecimientos del RE2 y Code Veronica a modo de flashback. Una vez superados estos capítulos, volveremos de nuevo a la actualidad para infiltrarnos en las instalaciones de Javier ayudados por su hija, descubriremos los motivos secretos que lo han llevado a cometer las peores atrocidades imaginables y tendremos que luchar contra él en forma de uno de los engendros más espectaculares que hayamos visto en nuestra consola.
Este sistema argumental tipo "flash back" es un arma de doble filo. Por un lado consigue que el jugador habitual se sienta inmediatamente atrapado por los conocidos recuerdos de juegos anteriores, sientes que, más allá del cambio de estilo, sigues jugando a un Resident. Pero por otro lado, también puede dar la sensación de falta de ideas que obligan a reaprovechar recursos ya sobreexplotados.
Por fortuna, en este caso el resultado es bueno. La elección del Resident Evil 2, sobre todo, del Code Veronica, nos aseguran algunos de los momentos y personajes más inolvidables de la saga, como es el caso de Alfred y Alexia Ashford, dos personalidades únicas por sus delirios de grandeza y su muy bien representada locura. A la vez, la inclusión de Javier Hidalgo y la localización de América del Sur, aportan la suficiente novedad como para no caer en la monotonía.
En el apartado técnico nos encontramos con muchas luces y alguna que otra sombra. En general, el título tiene un aspecto estupendo, las texturas son variadas, de buena resolución y con algún que otro efecto especial como el de las paredes chorreando agua de las alcantarillas. La iluminación dinámica también es muy efectiva, sobre todo en los momentos en los que vamos alumbrando nosotros mismos el escenario con el foco de nuestra linterna, el efecto está realmente bien conseguido. El número de enemigos en pantalla es relativamente alto y en general todo se mueve con mucha suavidad, aunque tratándose de un juego con los movimientos de cámara predefinidos, esto tampoco es que sea de un gran mérito. También es de mención el elevado número de objetos destructibles que aparecen por todas partes, cajas de madera, lámparas, cuadros, estatuas, bolsas, etc., están repartidas por todo el escenario dispuestas a caer bajo nuestros disparos para ofrecernos diferentes recompensas como ficheros de texto sobre los personajes, enemigos, historia de Umbrella etc.
La variedad de enemigos durante el juego es bastante elevada, lucharemos contra los típicos zombies de siempre, arañas gigantes, plantas carnívoras, perros rabiosos, pirañas, murciélagos, etc. El problema es que muchos de ellos también los hemos visto antes cientos de veces en otros juegos, con lo que pierden mucho interés. Por otro lado, las luchas contra los jefes finales, tanto los nuevos como los repetidos, son tremendamente espectaculares, tanto por la calidad gráfica como por los movimientos de cámara y la tensión que nos invade. La lucha final es digna de verse.
Debemos reseñar que el juego hace uso del motor de físicas Havok, uno de los más utilizados hoy en día. En un juego de este tipo, por su propia naturaleza, los resultados no pueden ser demasiado espectaculares, pero aporta su granito de arena al conjunto final.
El apartado artístico del juego es magnífico. Gracias al buen uso de la iluminación que comentábamos antes, y a la reutilización de diseños de escenarios que ya han dado muestras de su calidad anteriormente, nos encontramos con un resultado sobresaliente. La comisaría de Racoon City o la mansión de los Ashford aportan la parte más tétrica y oscura, que a su vez se complementa a las mil maravillas con la luminosidad de las fases de América del Sur, con escenarios tan espectaculares como el paseo por el invernadero de la fortaleza de Javier Hidalgo.
En la parte negativa, poco hay que comentar, no hay casi errores de bulto, pero es una pena que los que existen sean bastante molestos. Para empezar, los inevitables "dientes de sierra", especialmente notorios en las fases con más luz, y menos destacados en las más ocuras.
Luego tenemos un defecto bastante tonto pero que se vuelve muy molesto. Resulta que puedes disparar y romper todo tipo de objetos en una habitación, como los cuadros o las luces, pero al volver a girar la cámara, y sin ningún tipo de carga o sin que hayas salido o entrado de la habitación, ¡los objetos están de nuevo intactos!, todos se han regenerado como por arte de magia cuando no los mirabas. Muy incómodo porque estropea la inmersión del jugador.
El fallo técnico más importante que nos podemos encontrar es el de algunos errores de cámara. En muy contadas ocasiones puede ocurrir que un enemigo quede fuera de nuestro ángulo de visión, eso hace que no podamos eliminarlo, provocando que el juego se quede parado hasta que el zombi tenga la buena voluntad de asomar la cabecita para que podamos volársela.
Sobre la jugabilidad del título poco hay que comentar. Sigue a rajatabla los normas del género de disparos sobre raíles, el jugador se limita a apuntar a la pantalla y disparar a todo lo que se mueva, sea animal, planta, zombi, mutante o cualquier otro amasijo de carne sanguinolento que tenga la desgracia de cruzarse en nuestro camino. En este aspecto, el juego no aporta absolutamente nada nuevo, es más, ni siquiera aprovecha detalles que ya hemos podido ver otras veces, como el de darnos la oportunidad de cubrirnos al disparar o el de incluir personajes inocentes a los que debamos evitar. Además, creo que tratándose de un Resident, es una oportunidad desperdiciada de intentar actualizar el género añadiendo puzles o acertijos, tan típicos de la saga, que sirvan para dar algo más de variedad y profundidad a un género tan limitado.
Y, por si esto fuera poco, las armas, algo fundamental en un juego donde estamos disparando el 99% del tiempo, tampoco están bien equlibradas. Todas tienen alguna pega importante que hace que al final te pases casi todo el juego con la pistola básica, añadiéndole las mejoras de potencia, cadencia, etc. La escopeta de cartuchos es demasiado lenta, la ballesta poco potente, el revólver tiene poca munición, la ametralladora tampoco es lo bastante potente...menos mal que las granadas y los lanzacohetes sí son efectivos.
La duración es bastante buena, alrededor las 7 horas, una cifra más alta de lo habitual en este género. La rejugabilidad ya depende más del tipo de jugador que seas. Sólo hay un par de caminos alternativos a lo largo de todo el recorrido, así que el rejugarlo serviría sólo para intentar conseguir todas las actualizaciones de las armas o para obtener todos los archivos sobre los personajes o historia.
Resumiendo, Resident Evil: The Darkside Chronicles es un entretenido juego de disparos. Dentro de su estilo, es de lo mejorcito que se ha hecho en Wii en todos los aspectos, gráficos, música, ambientación, duración , historia, personajes… Como puntos negativos tenemos que mencionar, de nuevo, el género, que no es del gusto de todo el mundo, la falta total de innovación en la jugabilidad, sin duda el error que más puntos le resta, y algunos pequeños errores técnicos. De todas formas, el juego es divertido y cumple con los estándares de un shooter on rails para ofrecer lo que uno busca en este tipo de títulos
Si eres fan de Resident Evil o de los juegos de disparos, cómpralo sin pensar, disfrutarás como un enano volando cabezas a diestro y siniestro mientras revisitas lugares tan emblemáticos como la comisaría de Racoon City. Si no es este tu caso, al menos deberías alquilarlo, para darle una oportunidad a un juego con una indudable calidad que podría engancharte a un género que no conocías.
Puntuación final: 65/100
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